William era el encargado de limpiar 110 pisos de escaleras en las Torres Gemelas, las conocía como la palma de su mano, ya que también en inspeccionaba el edificio.
Aquel martes 9/11, un retraso le salvó la vida. A las 8:46 horas, cuando se estrelló el primer avión contra el piso 90 de su torre, se encontraba con sus jefes en el sótano y no le había dado tiempo a subir al 106 para desayunar con sus compañeros en el restaurante The Windows of the World, donde habría muerto como las 200 personas que quedaron atrapadas ahí.
Él era una de las 5 personas que tenía la llave maestra que abría todas las puertas del edifico. Después de haber vuelto en tres ocasiones al edificio, Rodríguez bajó corriendo justo antes del derrumbe de las torres gemelas. Viendo lo que se le venía encima, se protegió debajo de un coche de bomberos.
Poco después de 3 horas fue rescatado. Fue la última persona sacada con vida de los escombros de las Torres Gemelas. Tras recibir los primeros auxilios en el lugar del atentado, pasó el resto del día como voluntario en labores de rescato. Al amanecer del día siguiente estaba de vuelta en la Zona Cero para continuar con sus heroicos esfuerzos.
Aquel día William rescató personalmente a 15 personas y más de 100 se salvaron gracias a la llave maestra y su ayuda. Fue reconocido como héroe nacional por ayudar en el rescate, posteriormente recaudó más de 100 millones de dólares para los que, como él, perdieron todo ese fatídico día.
En la actualidad, William Rodríguez preside la Asociación Hispana de Víctimas del Terrorismo más importante de EE.UU. y dedica su tiempo a organizar giras por todo el mundo impartiendo conferencias sobre superación. En España es ponente de la agencia de conferenciantes de Thinking Heads.